Niña envidiosa

Por qué será que mientras más creo yo que voy madurando, al final me doy cuenta que sólo sigo siendo la misma niña caprichosa y resentida de siempre?
Venía ayer por la tarde, regresando de Los Olivos hacia mi casa, por la Avenida Abancay... viendo a toda la gente caminando, subiendo y bajando de los micros, vendiendo algunos, gritando otros, veía a toda la gente y yo en el carro, sentada y doblada porque estaba en uno de esos asientos que tienen la llanta debajo y en una posición fetal -por así decirlo- me abrazaba a mí misma y me daba cuenta lo sola que me siento, lo niña que me siento, lo dolida que me siento, y solo quería gritar.
Alguna gente me miraba, yo los veía con los ojos llorosos, estaba muy cansada despues de haber chambeado todo el día y la verdad, eran casi las 6 pm y no había almorzado, quería llegar a casa y enterrarme en mi cama.
Seguía mirando a la gente, había dejado de hacerlo desde hace mucho tiempo, al menos, de la forma como lo venía haciendo en ese momento en el micro; viéndolos y buscando en ellos algo.
Cuando era niña, desde los 5 años había recorrido la misma Avenida, y quizás desde antes, solo que eso no lo recuerdo. Mercado Central, Calle Capón, Jirón Puno y todas las calles, las cuales no recuerdo de nombre, pero que conosco bien. Siempre me gustaba caminar al borde de la acera, siempre, mi papá avanzaba y mi mamá me gritaba que me iba a caer pellizcandome para empujarme, pero eso era lo que yo quería, caer: Quería caer a la pista, quería que un auto me atropelle, quería morir.
Comparo mi vida, lo que yo pensaba y lo que yo sentía a la misma edad que tiene hoy SEb, y me alegra saber que él no anda la vida complicandose las cosas, que no le teme a su madre y que sabe que me puede dar un abrazo y un beso en cualquier momento; lo envidio porque él me cuenta sus juegos, sus sueños, sus historias que nunca acaban y me muestra todos sus dibujos. SEb no ha pasado lo que yo, SEb no viaja en micro pensando que los demás son más felices que él, o pensando en morir, o en descubrir que son adoptados y entender porque no encaja en la familia o jugando con sellos y lapiceros.
SEb quizás tendrá otros traumas, como el asunto del padre, pero bueno, tampoco se puede ser perfecto. Pero ya hablaré de eso.
La niña dentro de mí se lleva bien con SEb pero también lo envidia, lo quiere, y si, hay sentimientos encontrados. Ya iremos a terapia juntos.