La semana pasada después de medio año, por fin pude conocer a la otra persona del Tinder, si algún día lo lees, créeme que me caíste bien desde que escuché tu voz en tu primera llamada... y cuando llegaste al café y te ví desde arriba, más de media hora después de lo acordado, creí que existías jajaja.Estuve leyendo algunos posts antiguos sobre citas a ciegas y no tan ciegas que he tenido anteriormente, principalmente por el blog.
Precisamente, y creo que lo puse aquí o en el Facebook o en el Twitter... estoy buscando mi pasión. Esa pasión que uno lleva y que te hace disfrutar de la vida. Esta persona me dijo que mi pasión era enseñar, obviamente. Me puse a pensar, y hubo un momento en el que en realidad fue mi pasión máxima y el hecho de preparar clase, de dar la clase y de renegar con los alumnos... realmente fue mi pasión.
Hoy que estoy más dedicada a únicamente la supervisión, siento que me he perdido, que no tengo eso que me haga brillar los ojos de emoción, que me emocione y que además, me de satisfacción. No, no lo tengo, no hay... na-nay.
Pienso, antes iba a baile, en pandemia pude seguir unas sesiones con mi profe del gym de entonces, era feliz. Hoy no tengo eso.
Antes ibamos al karaoke, con las amigas, era feliz, me encantaba con mi pésima voz alucinar por unos 4 o 5 minutos que era una rock star. Ya ni eso.
Antes, oía música y sabía mucho sobre los grupos y cantantes y cuando alguien preguntaba, yo sabía todo, y podía referirme a los álbumes, los cantantes, las canciones... ya no.
Antes, leía libros, soñaba con los maravillosos lugares que diseñaba en mi mente en base a lo que leía... ya no.
Antes, antes de dormir, en mi cama, tenía una vida alterna, viviendo entre Buenos Aires, París, Boston... oh, sí! Siempre quise ser una ciudadana del mundo. No sé, era mi ilusión el saber de tanto y nada que en realidad conociera. Ya no.
Antes, escribía en este blog, que al inicio era leído por mis 4 gatos, pero que luego fue creciendo, pero poco a poco como me fue ganando la vida, dejé de escribir. Este año lo he retomado como verán, pero a veces no sé qué contar, ni como empezar... habré perdido mi toque? No sé, no sé.
Antes, todos los miércoles de manera religiosa íbamos a tomar un vinito al Queirolo o Bolivariano y ganábamos la mitad de lo que hoy, hoy vamos cada medio año y gastamos el triple comiendo lo mismo o menos.
Antes, tenía alguien a quién llamar "amor", hoy... naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaadiesssssssssssssssssss.
Antes, podía ser capaz de tener 3 trabajos y mantener el ritmo loco, pero algo en mí lograba sacar fuerzas para seguir dictando sin que se note mi cansancio, solo porque trabajar era trabajar. Hoy choteo hasta mis clases privadas... no quiero ni pensar en armar una clase. Ya no.
¿Dónde está mi pasión ahora? ¿Es acaso mi tesis doctoral? ¿Esta en dormir sin parar porque es mejor dormir a pensar? ¿Es ver M.D. House compulsivamente? ¿Es darle a la izquierda en Tinder o Bumble?
Bueno, yo creo que mi único vacilón en estos últimos años ha sido viajar, y viajar sola. Descubrirme más en cada viaje. Disfrutar sin que nadie dependa de mi, ni depender de nadie... bueno, solo del señor del tour jajaja.
Mi pasion viajera, si es que esa es mi pasión, me va a llevar a una ciudad con la que sueño desde los 9 años... ¿quizás antes? Viajo el domingo. Regreso el siguiente... y por primera vez tengo algo de miedo, de nervios, de no sé qué raro feeling... pero hay algo en mí, ¿es acaso la emoción del viaje? Ni cuando viajé a Barcelona me sentí así. Creo que, en el fondo, muy en el fondito, quisiera tener una razón para no ir. Así como leen (si es que alguien aún lee mi blog).
Tengo nervios, miedo, no sé. Algo en mí, raro... por eso no sé si es realmente viajar mi pasión, mi escape, mi chance de ser yo en un lugar donde nadie me conoce, pero también emoción de saber que conoceré a alguien del blog de antaño, a Zezé... que lleva muchos años allá y con quién por fín podremos "vernos". Y lo pongo en comillas porque lleva ya varios años que perdió la vista.
Bueno, mientras defino si mi pasión es viajar o si simplemente la he perdido y debo recuperarla, me despido soñando y oyendo con una linda canción de los años de pre-grado, cuando no tenía ni 20 años y no pensaba que mi vida sería lo que es hoy, casi 29 años después.
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